editorial

Los datos: una aportación más al bien común

Ricardo Martín Manjón, responsable global de Data de BBVA, y Juan Murillo Arias, del área de Estrategia del Dato de BBVA

Vivimos momentos de incertidumbre, dadas las circunstancias provocadas por la pandemia contra la que estamos luchando. Gobiernos, empresas y ciudadanos nos hemos visto sorprendidos por un cisne negro imprevisible en su velocidad de extensión e impacto. Y, sin embargo, debemos ser optimistas porque contamos con ventajas y capacidades muy superiores a las que tuvieron a su alcance generaciones precedentes ante fenómenos similares. Un componente fundamental de este conjunto de ventajas es la velocidad y escala a la que generamos y podemos compartir información hoy en día.

"Buscamos ofrecer al cliente información útil para que mejore su salud financiera"

En circunstancias normales, y desde hace ya años, en las empresas nos apoyamos en el uso de los datos y la analítica para múltiples propósitos; en el caso de BBVA, buscamos ofrecer al cliente información útil sobre la que pueda tomar decisiones que mejoren su salud financiera. Queremos además proteger el dinero que ellos nos confían, innovando en la lucha contra el fraude. También nos hemos propuesto ayudar a nuestros empleados a prestar un mejor servicio, incluyendo, en sus herramientas de gestión y comunicación, soluciones basadas en inteligencia artificial, y automatizando tareas de bajo valor para que puedan focalizar su tiempo en las funciones más relevantes. Estos son tan solo algunos ejemplos de una realidad mucho más amplia que extiende las capacidades analíticas a todas las unidades de negocio y entidades del grupo. Por supuesto, la Fundación Microfinanzas BBVA no es una excepción, como destaca Isabel García en el editorial del número 20 de esta revista, en el que desgrana los usos de la analítica avanzada en el objetivo de conseguir erradicar la pobreza.

Sin embargo, vivimos circunstancias excepcionales ante las que nuestra organización y todos sus empleados están reaccionando, tratando de prestar ayuda de formas muy diferentes: desde la adquisición y distribución de medios materiales, hasta el adelanto en el cobro de pensiones y prestaciones. Si los datos que nuestra entidad recaba tienen una utilidad potencial para comprender mejor cómo evoluciona la situación actual, ¿por qué no incluirlos también en la contribución de BBVA para salir con éxito de ella?

Desde que comenzó la pandemia, fueron muchos los gobiernos que sumaron a las medidas sanitarias herramientas tecnológicas, logrando en algunos casos resultados notables a la hora de acotar la propagación de la enfermedad. En paralelo proliferaron las iniciativas que desde el sector privado procuraban contribuir a mitigar los efectos de la pandemia, así como llamamientos orientados a establecer colaboraciones entre entidades públicas y privadas para conseguir una mejor visión sobre el grado de cumplimiento de las medidas excepcionales adoptadas, y valorar así su efectividad en la lucha contra los contagios.

Para ello, desde el sector público se están recabando datos a través de las aplicaciones que muchos gobiernos han desarrollado, bien de forma directa, bien en colaboración con el tejido empresarial. Desde las empresas continuamos recabando información en la prestación habitual de nuestros servicios por canales digitales, una fortaleza con la que garantizamos la continuidad de nuestra actividad y el servicio a nuestros clientes en este nuevo contexto. La información así generada, una vez debidamente anonimizada y agregada, es capaz de describir dinámicas que pueden ayudar a hacer una lectura de la situación día a día sin necesidad de emplear datos personales.

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Ricardo Martín Manjón, responsable global de Data de BBVA, y Juan Murillo Arias, del área de Estrategia del Dato de BBVA

Por ejemplo, el dato procesado por las empresas de telecomunicaciones es capaz de describir flujos de movilidad, y permite pulsar el cumplimiento efectivo de las medidas de confinamiento, no a título individual, sino por zonas. Por otro lado, los datos de pagos con tarjeta bancaria utilizados por nuestros compañeros de BBVA Research están contribuyendo a monitorizar la evolución del consumo ante el cierre temporal de gran parte de la actividad comercial presencial, y ayudará también a medir la velocidad de retorno progresivo a la normalidad económica.

En este sentido, existen diversos modelos de apertura de datos por el bien común. En algunos de ellos, tanto el peso tecnológico como el analítico recaen del lado de las corporaciones, pero en otros las funciones analíticas pueden ser llevadas a cabo por otras entidades, como organizaciones no gubernamentales, centros de investigación o universidades, si se facilita su acceso al dato. Es esta última fórmula la que hemos elegido al sumarnos al observatorio COVID-19 impulsado por el MIT Media Lab, en virtud del cual BBVA compartirá información anonimizada sobre los patrones de consumo en México. Esto permitirá investigar el efecto desigual del distanciamiento social y la ralentización económica en los diferentes grupos socioeconómicos del país, una información que puede ser utilizada en favor de los más vulnerables.

En definitiva, dentro de un tiempo habremos superado la pandemia gracias a los logros médicos, a la colaboración y al esfuerzo de toda la sociedad, y al apoyo de soluciones tecnológicas como las descritas. Sin embargo, seguiremos teniendo por delante retos tan trascendentales como la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Si los datos financieros pueden contribuir a estas metas, desde BBVA seguiremos explorando estas vías como una forma más de cumplir nuestro propósito: poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era.